jueves, 3 de septiembre de 2009

Sector picante: La de todos los domingos

En el post de hoy voy a desarrollar mis sensaciones acerca de un tema vergonzoso que revela fielmente el país en el que vivimos. Sé que no soy el primero en detenerme en este aspecto pero, por lo poco que he visto, ningún medio ni persona ha mencionado lo que pasa cuando uno quiere estacionar en las cercanías de los estadios de fútbol. Me refiero a esa “tarifa” que uno debe pagar para dejar el auto en la vía pública, que según entiendo, es PROPIEDAD DE TODOS.

Yo sé que 10 pesos no es la muerte de nadie, pero esa plata hay que ganarla, y me da bronca que venga cualquier tipo a ganarse la vida haciendo nada, y que los policías no controlen. Uno fácilmente podría negarse a pagarles, o incluso regatear tan excesiva propina. El problema es que es preferible ceder al pedido y no arriesgarse a encontrarse después con el auto rayado, los vidrios rotos o el estereo robado, entre otras cosas.

Lo más lamentable es que la policía no puede (o no quiere) hacer nada contra ello. Encima, si uno va a la cancha de River y estaciona sobre Lugones, tiene muchas posibilidades de “comerse” el combo: que te cobren por estacionar y que encima venga la policía para tomarse la tranquilidad y el tiempo de multar a cada vehículo mal estacionado.

Por Martín Barreiro

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