domingo, 13 de septiembre de 2009

Si se le canta a la violencia......ella viene.

Hola hurgadores del fondo. En este domingo, que no es viernes y en el que uno lamenta que la máquina del tiempo es sólo algo de películas y series extranjeras, voy a pasar a comentarles aquello que captó llamativamente mi atención, además de las personas que pasaban con una hamburguesa en las manos debido a que no había almorzado un carajo por razones que todavía desconozco.
En el día de la fecha me tomé la molestia de ir a ver a River, un acto de caridad si tomamos en cuenta la dificultad e incapacidad que tienen nuestros soldaditos de plomo para hacer algo tan sencillito como meter una pelotita dentro de un arco. El hecho es que una persona tan observadora como yo se distrae y empieza a escuchar cualquier “huevada” en lugar de ver como el “Ogro” Fabbiani no puede ser remolcado ni por su alma ni por sus ganas de no ser silbado.
Yo, admirador de la buena música, me detuve en las delicadas armonías vocales y el ritmo penetrante de los “Borrachos del Tablón” que, parecía, era lo único que funcionaba en todo el estadio. Cuando acudo a desentrañar esas líricas luminosas me detengo: “la mentira se acabó, que paliza que te dieron los borrachos del tablón”, “vamos a matar a todos los bosteros”. Así se fueron sucediendo las amenazantes y puntillosas letras, envidia del mismísimo Spinetta.
Como oyente habitué del arte beatle y de la paz, sendas lagrimas quisieron salir de mis ojos. ¿Le habrán dado esa paliza a no sé quién? ¿Van a matar a los bosteros? “No no, pobrecitos”, me dije. Entonces cuando volví a la tierra y toda mi absurda sensibilidad se fue a donde mejor está, comencé a cuestionarme el porqué los barrabravas fantaseaban con batallas campales del nunca jamás, como si jugaran a que son el Cid Campeador o Brad Pitt en la película de Troya. Igual es entendible. Yo me la paso horas frente a la compu moviendo los brazos para todos lados, pretendiendo ser el tronco de Ringo Starr. De todas formas, yo no juego a que mato a nadie, así que me sugiere un tema bastante serio. Mucho más si vamos con chicos a la cancha, con lo propenso que son a captar y procesar cosas a temprana edad.
Entonces, padres, no sólo barbijo para la gripe A, ahora también tapones porque en este caso, el silencio es más sano.
Otra para que charlen con la almohada.
Saludos desde el fondo.
Por Martín Barreiro.

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